¿Alguna vez te has despertado en medio de la noche y luego te cuesta volver a dormir? El sueño interrumpido es más común de lo que piensas, y puede afectar profundamente tu descanso y bienestar. Aunque puede tener diversas causas, identificar los desencadenantes principales es clave para disfrutar de un sueño continuo y reparador. A continuación, te contamos los factores más usuales que afectan la calidad de tu sueño y cómo evitarlos.
El estrés y la ansiedad son grandes enemigos del sueño continuo. Cuando estás preocupado, tu mente sigue activa incluso mientras duermes, lo que puede llevarte a despertarte varias veces durante la noche. Es importante establecer una rutina de relajación antes de dormir, como practicar la meditación o técnicas de respiración, para calmar la mente y reducir el estrés.
Aunque es tentador tomarse un café o una copa para “relajarse”, estos pueden ser causantes de tus despertares nocturnos. La cafeína, incluso consumida hasta seis horas antes de acostarse, puede afectar tu capacidad para mantener un sueño profundo. Por su parte, el alcohol, aunque inicialmente puede inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño, provocando que te despiertes con más frecuencia durante la noche.
La exposición a ruidos inesperados o cambios en la luz son otros factores que pueden despertarte sin que te des cuenta. Si vives en un lugar ruidoso, usa tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco para bloquear los sonidos molestos. Asimismo, asegúrate de que tu habitación esté lo más oscura posible, ya que la luz (especialmente la luz azul de los dispositivos electrónicos) puede interrumpir la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Comer en exceso o ingerir alimentos muy pesados o picantes antes de dormir puede causarte malestar estomacal y despertar en medio de la noche. Opta por cenas ligeras, al menos dos o tres horas antes de acostarte, para permitir que tu cuerpo haga la digestión sin afectar tu sueño.

Si te despiertas frecuentemente para ir al baño, es probable que estés bebiendo demasiados líquidos antes de dormir. Limitar la ingesta de líquidos unas horas antes de acostarte puede ayudar a reducir estas interrupciones.
En etapas como la menopausia o durante ciertos ciclos hormonales, es común que el sueño se vea afectado. Estos cambios pueden alterar la calidad del sueño y provocar despertares. Si es tu caso, consulta con tu médico sobre opciones que puedan ayudarte a gestionar estos síntomas.
Además de ajustar estos factores, si sigues teniendo problemas para mantener un sueño continuo, productos como Nytol pueden ayudarte a conciliar el sueño más rápido y a disfrutar de una noche más reparadora. Usado de manera ocasional, Nytol puede ser un buen apoyo para esos momentos en los que el estrés y otros factores te impiden dormir bien.
Identificar los desencadenantes del sueño interrumpido es el primer paso para disfrutar de noches más tranquilas y descansadas. Desde manejar el estrés hasta ajustar tu entorno y hábitos antes de dormir, pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en tu descanso. ¡Buenas noches, para buenos días!
Fuente: Mayo Clinic

No se administre en menores de 12 años, ni en el embarazo y la lactancia. Si persiste el insomnio por más de 2 semanas, consulte a su médico.
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